martes, 28 de agosto de 2018

Un congreso de altura



El aire desplaza el polen de los álamos que impávidos se agarran dónde pueden para no acabar bajo la escoba del barrendero. La escoba envidia a los álamos porque jamás alcanzará su altura y el barrendero despotrica de los árboles que no hacen más que ensuciar el suelo. Así que cuando se celebró el Congreso de Brujas, a mediados de la primavera, a Juan, barrendero del barrio, se le ocurrió la feliz idea de invitar a todas ellas a néctar de madroño… ¡daban unos saltos!